Gustavo Petro se suma a la lista de los que quieren jugar de 'líberos'

Ilustración: Randy Mora
El senador Gustavo Petro, figura emblemática de la izquierda y del Polo Democrático, decidió buscar una candidatura presidencial independiente, incluso en contra de la que su partido escoja en septiembre en elección interna, y anunció que en junio presentará a su equipo de campaña e insistió en convocar a todos los sectores que se oponen a la reelección del presidente Uribe a integrar un "gran movimiento democrático".
De esta manera se oficializa la ruptura de Petro con el Polo, cuyas relaciones venían mal desde hacía tiempo y quedaron aún más enrarecidas en el reciente II Congreso donde los moderados, encabezados por Petro, quedaron en franca minoría. El senador se vio ante la disyuntiva de agachar la cabeza y librar una batalla interna o salir en busca de alianzas. Escogió la segunda, no propiamente un camino fácil y despejado, pues salir a la calle sin apoyo, sin maquinaria y sin partido puede significar un salto al vacío. Ese fue el proceso que vivió el grupo del ex alcalde Enrique Peñalosa en la anterior campaña para el Congreso, que le significó su virtual desaparición.
Hoy las condiciones políticas son muy diferentes a las de los años noventa, cuando fue rentable y atractiva la imagen del 'llanero solitario' para fortalecer la credibilidad e independencia frente a la desgastada clase política. Noemí Sanín y Antanas Mockus fueron sus principales exponentes.
Pero ese panorama ha cambiado y Gustavo Petro lo sabe. Por eso su planteamiento no es el de una aventura solitaria, sino la construcción de una alianza con otras figuras 'desplazadas' de sus partidos. En este grupo aparece, en primer lugar, Luis Eduardo Garzón, también del ala minoritaria del Polo; Martha Lucía Ramírez, quien sufrió un fenómeno semejante en La U; Antanas Mockus, que siempre ha deambulado solitario, y el ex alcalde de Medellín Sergio Fajardo, a quien la opinión le reconoce el esfuerzo por desarrollar un proyecto político por fuera de los partidos existentes.
Petro cree que es posible ampliar la alianza de figuras que están sueltas o al margen de los partidos, y en las declaraciones que dio el martes de esta semana agregó nombres atractivos para la opinión: las ex senadoras Gina Parody e Íngrid Betancourt, el ex presidente César Gaviria, jefe del Partido Liberal, y los conservadores Juan Gabriel Uribe y Juan Camilo Restrepo.
Cuesta arriba
¿Es viable una alianza de llaneros solitarios? ¿Si hay reelección, tendrían opción de enfrentar a un candidato tan fuerte y popular como el Presidente? Desde junio del año pasado, cuando el ex presidente Gaviria y el ex alcalde Garzón se reunieron para explorar la posibilidad de una alianza para derrotar a Uribe, se han dado múltiples encuentros entre Fajardo y Garzón, Garzón y Petro, Gaviria y Petro, Petro y Mockus, Gaviria y Fajardo... Sin embargo, de las reuniones solo han salido buenos propósitos porque la realidad es que, fuera de la oposición a la reelección, no hay entre ellos un denominador común.
La ex ministra Martha Lucía Ramírez, ex Partido de la U, considera que el hecho de que, como ella, haya varios llaneros haciendo un trabajo independiente no significa que todos tengan la misma ideología. "Sería imposible que el senador Petro y yo estemos en un mismo equipo porque él ha sido un fuerte crítico de la seguridad democrática y yo su más firme defensora", le dijo Ramírez a CAMBIO. Pero además hay que tener en cuenta que quienes le apuestan a candidaturas por fuera de los partidos e incluso enfrentados a sus propias organizaciones políticas, como Garzón, Petro y Ramírez, la tienen cuesta arriba porque no cuentan con el poder de las maquinarias.
Todos los 'llaneros solitarios', sin excepción, tienen fincadas sus esperanzas en el voto de opinión, sobre la base de que registran bien en las encuestas. Si pudieran sumarse los votos de todos ellos, alcanzarían entre el 30 y el 35 por ciento del electorado, un capital respetable pero no suficiente para alcanzar el premio mayor, a menos de que crezca en los meses por venir. Por eso también está planteada la posibilidad de presentar una lista multipartidista de peso para el Senado, con miembros del empresariado, académicos y líderes sociales y políticos, pues Fajardo, Mockus, Garzón y Petro son conscientes de que sin una bancada fuerte, sus proyectos políticos tienen pocas esperanzas.
El ex alcalde Garzón considera que podrían sumarse fuerzas alrededor de una propuesta de cinco puntos: pacto por la decencia o cero politiquería, rechazo a toda forma de violencia, una agenda económica y social no asistencialista, reforma urbana y agraria e institucionalización de la política internacional. Si es posible concitar una alianza en torno a la propuesta y lograr consenso para una candidatura común, propone que los que no ganen esa candidatura hagan parte de la lista al Senado con el fin de aumentar el caudal electoral. La propuesta está apenas en etapa embrionaria y por ahora lo único que saben los candidatos independientes es que la unión hace la fuerza. Lo difícil es pasar de las palabras a los hechos. Si no lo hacen seguirán cabalgando como llaneros solitarios sin destino asegurado.