
Con lo que está pasando en el Polo uno no sabe si reír o llorar. Cuesta trabajo discernir si se trata de un sainete o de una tragedia más de esa larga historia de esfuerzos frustrados para conformar y consolidar movimientos o partidos de izquierda democrática sólidos y de largo aliento.
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Parece que los dirigentes no han aprendido las lecciones del siglo pasado. Pero no solo las de nuestra historia doméstica, sino las que dejaron la caída del muro de Berlín y el fin de la Unión Soviética. No importa cuántos esfuerzos haga el secretario del Polo, Carlos Bula, para convencernos de que el Partido está unido, los permanentes rifirrafes entre los dirigentes de sus dos alas: la mamerta radical y fuera de sintonía con la realidad, la del discurso marxista ortodoxo, empeñada en la oposición per se más que en formular propuestas —la del PC, el Moir y otras organizaciones de tradición maoísta o trotskista—, y la socialdemócrata, más moderada y pragmática, sintonizada con el momento histórico, la que piensa en serio en el corto plazo en ser alternativa de poder —la de ‘Lucho’ Garzón, Gustavo Petro, Antonio Navarro y Parmenio Cuéllar— demuestran lo contrario.
El Polo está dividido, extraviado en la hoguera de las vanidades y en los vericuetos de una discusión que no parece tener salida. Quedó en simple declaración de buenas intenciones la presentación que hizo de la alianza entre el Polo Democrático y Alternativa Democrática, el 6 de diciembre de 2005, el entonces candidato presidencial Carlos Gaviria, como la demostración de que en política era posible encontrar la cuadratura del círculo. Es decir, que era posible unir a la izquierda.
Así, lo que en principio podría haber sido una fortaleza —la coexistencia de varias corrientes políticas al estilo del Frente Amplio en Uruguay o el Partido de los Trabajadores en Brasil— se convirtió en su talón de Aquiles. Una de las razones es la falta de normas claras y precisas. Para solo citar un ejemplo, las reglas de la consulta han cambiado según las conveniencias: abierta cuando fue escogido Gaviria como candidato presidencial por encima de Antonio Navarro, y cerrada cuando eligieron a Samuel Moreno como candidato a la Alcaldía por encima de María Emma Mejía.
Pero hay cuestiones de más fondo y así lo señaló en (un artículo de Debate sobre) el II Congreso del Partido un miembro del Comité Ejecutivo de Antioquia, Jaime Villa (*): la pervivencia de partidos y organizaciones que no se han disuelto como estaba previsto, y que conservan sus programas, estatutos, militancia y disciplina, lo mismo que ideas “antagónicas con el ideario y propósitos del Polo”. Y como el matrimonio fue en cierta forma forzado por el umbral que estableció la reforma política de 2003, no han podido definir propuestas frente al Gobierno, la guerrilla, las alianzas políticas, la economía, etc.
En este punto, pesa mucho el hecho de haber designado a Carlos Gaviria como presidente del Polo. En primer lugar, porque como candidato a la Presidencia de un sector, difícilmente puede servir de garante en la competencia interna entre las distintas tendencias. En segundo lugar, porque aunque nadie duda de sus condiciones intelectuales y de su preparación académica, no solo no es político sino que poco le gusta hacer política y no ha estado ni está en el centro de la dinámica de las propuestas e iniciativas, y se limita a reiterar posiciones de principio. A esto se añade el ingrediente de su fuerte personalidad, no exenta de rasgos autoritarios —los mismos que le critica al presidente Uribe—, que lo llevan, como ha dicho el mismo Villa, a dictar la política, no a dirigir y a cohesionar, y a participar y no a terciar en la batalla de los egos.
En el Polo no parece existir el debate político. Se lo está tragando vivo la pugna intestina de sectarismos, clientelismos y personalismos. Se ha mostrado inferior a las expectativas que despertó entre los que creímos que, por fin, se abría espacio una izquierda legal capaz de desarrollar una agenda progresista, esa que hace rato extravió el Partido Liberal. ¿No sería mejor el divorcio? ¿Que cada sector monte su rancho aparte?
· Leer artículo de Jaime Villa Restrepo. “Retomar el rumbo es necesario”. En Página del Polo http://www.polodemocratico.net/. Ventana “Comunidad”, Sección DEBATES, Artículos de Debates II Congreso Nacional del Polo.